La meditación está siendo utilizada en la práctica psicológica ligada a ciertos tipos de terapia como una herramienta para la toma de consciencia y conexión con el momento presente. Muchas personas asocian la meditación a actividades seudocientíficas, al misticismo o incluso esoterismo. Sin embargo, en la actualidad, son muchos los terapeutas que han incorporado esta práctica a sus terapias, dejando a un lado otras técnicas como las de relajación. Hay que entender que la meditación y la relajación no son sinónimas. Mientras la primera busca la toma de conciencia, el contacto con las sensaciones corporales, la observación de los pensamientos y la propia respiración, la segunda trata de aliviar un estado corporal y cognitivo de ansiedad y tensión.
La meditación no quiere que tratemos de luchar o eliminar las sensaciones o pensamientos que experimentamos, sino, de tomar conciencia de que los estamos experimentando y darles distancia. Para evitar que caigamos en enredos mentales con nuestros pensamientos, en divagaciones y en estrategias de evitación emocional, la meditación nos conecta con nuestra realidad, y no hay realidad más real, valga la redundancia que nuestra propia respiración. Al prestar atención a la respiración, traemos a la conciencia algo que se produce de forma ininterrumpida de forma inconsciente. La idea no es controlar la respiración como se hace en la relajación, sino darnos cuenta de que estamos respirando y notar como el aire entra y sale, como nuestro pecho y abdomen sube y bajan. ¿Para quién está hecha la meditación? Cualquier persona con interés puede practicarla, es más, en la actualidad se está observando los múltiples beneficios que tiene esta práctica en edades tempranas.
Entrenando esta técnica a diario, aumentando el tiempo progresivamente, podemos desarrollar una estrategia muy útil para enfrentarnos a situaciones de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, a los estudiantes les puede ser útil para no dejarse llevar por “pensamientos interesantes” que captan su atención cuando están estudiando, ya que, gracias al entrenamiento en meditación pueden volver a conectar con su realidad y momento presente; también es útil en situaciones en las que sintamos dolor, tanto emocional como físico, puesto que podemos dejar de retroalimentar nuestra mente con esos pensamientos que generan y aumentan la intensidad del dolor.
A continuación, os adjunto un audio grabado por mí, de un ejercicio de meditación breve, para iniciaros en la meditación.
Referencias:
Kornfield, J. (2012) Meditación para principiantes. Barcelona: RBA
Snel, E. (2015). Tranquilos y atentos como una rana. Barcelona: Kairos